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La Fotografía Digital como Evidencia: Auténtica o Fraude
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En dicho programa televisivo de divulgación de fenómenos paranormales se debate la autenticidad o no de unas fotografía digitales nocturnas tomadas en Agosto de 2004 en un cementerio de la provincia de Ávila. En algunas de dichas fotografías se pueden observar unas formas de ¿fantasmas? que parecen representar figuras de varios niños al parecer fallecidos hace ya más de 60 años, y que según los autores de las fotografías no estaban en el momento de su realización.
Conclusión Pericial
Después de analizar las fotografías en cuestión la conclusión a la que he llegado es que dichas fotografías han sido tratadas con un programa de edición fotográfico (en concreto el Adobe Photoshop CS para Windows), por lo que desde un punto de vista pericial su validez como prueba estaria seriamente puesta en duda, dado que la evidencia está contaminada (como diría nuestro buen amigo Gil Grissom de la famosa serie televisiva "CSI").
Antecedentes
Fruto de aquella llamada de "Milenio 3" son las fotografías que hoy se analizan en "Cuarto Milenio".
Dicho programa ha contactado con diversos expertos, entre ellos el Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil, fotógrafos profesionales, expertos en fenómenos paranormales, y reconocidos Peritos Informáticos, entre los cuales me encuentro en mi condición de Experto en Informática Forense, con el objeto de que se analizasen dichas fotografías y se dictaminase si eran auténticas o, en caso contrario, si eran una falsificación.
Sobre las fotografías
Explicación
Uno de los principios de Informática Forense más importantes es acudir siempre a la evidencia original y realizar un duplicado forense exacto de la misma sobre la cual trabajar. De esa forma se preserva el original y se puede analizar una copia fiel que contiene la misma información que la original. Pero por desgracia en este caso únicamente se dispone de una copia alterada de la original, lo que la descarta como una evidencia aceptable.
Aunque pericialmente haya que desestimar esas fotografías como pruebas válidas, la utilización de un programa de edición fotográfico no implica que se hayan manipulado las fotos de forma fraudulenta, pero tampoco se puede afirmar que no lo hayan sido.
Dudas razonables
Esto es así porque una de las operaciones que SI se ha realizado sobre las fotos es reducir el "tamaño" (su calidad o resolución en puntos por pulgada), presumiblemente con el objeto de hacerlas más manejables a la hora de transmitirlas por correo electrónico (no es lo mismo enviar una fotografía de 15Mb que una de 500Kb).
Sin embargo, esa reduccion de resolución también es una técnica que se suele emplear para hacer desaparecer mágicamente los rastros de una posible manipulación o retoque fotográfico, como pueden ser el "halo" alrededor de la imagen insertada, una diferencia de trama o de color, etc. Con esa reducción de resolución el programa de edición fotográfico elimina mucha información, realizando funciones de interpolación (operación matemática que reemplaza n pixeles individuales por 1 pixel cuyo color se calcula en base al color de esos n píxeles originales), de forma que desde lejos la fotografía parezca igual que la original. Es al acercarnos y ampliar la imagen cuando se percibe la significativa diferencia de detalle.
Y es en ese detalle donde está la clave para determinar si existe o no esa supuesta manipulación.
Y para aumentar aún más esa la confusión, el formato en el que se ha guardado el fichero de la imagen es JPEG, formato ámpliamente utilizado en fotografía amateur por su gran capacidad de compresión (y por tanto del tamaño del fichero). Por desgracia el formato JPEG utiliza (de nuevo) técnicas de compresión destructivas, es decir, volvemos a realizar (de nuevo) una interpolación para reducir aún más el tamaño de la imagen, lo que de nuevo destruye más información del detalle de la fotografía.
Al final, la fotografía resultante de esa simple reducción de calidad mantiene su tamaño original de 2592x1944 píxeles, pero que esta vez ocupa alrededor de 500Kb. El resultado final de eliminar tantos pixeles reales y reemplazarlos por los dóblemente interpolados (es decir, calculados por el ordenador) puede ocultar los restos dejados por una manipulación en la fotografía, lo que desde el punto de vista pericial impide tomar en seria consideración la validez de dichas fotografías como pruebas.
Javier Pagès López
Ingeniero en Informática
Colegiado nº 110 de CPIICyL, Ilustre Colegio Profesional de Ingenieros en Informática de Castilla y León
Presidente de AI2, Federación de Asociaciones de Ingenieros en Informática
Presidente de ISSA-España, Asociación Española para la Seguridad de los Sistemas de Información
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